¿Dónde están las mujeres reporteras? Se preguntó uno de los diarios más importantes del país la última semana de febrero del 2021. No están, no existen casi gritaron. Es una respuesta parafraseada, pero delirantemente patética que invita a saltar desde la ironía al ¿dónde están las mujeres fotógrafas? o quizás ¿dónde están las mujeres? y tal vez recibiríamos la misma respuesta. El problema habita en las propias palabras: mujer, feminismo, fotografía. Y se torna aún más complejo si aquellas palabras las asociamos con belleza, conflicto armado o deportes. Pareciera que las palabras no combinan, no interpelan, no permiten espacios para la creación genuina, siguen siendo grandes saltos históricos que mitifican y cargan aún más las propias palabras. Nos enseñaron a pensarnos desde la otredad, no podemos hacer nada ya frente a ese pasado recorrido, pero es ahí donde radica nuestra fuerza.

8Mítica como proyecto colectivo tomó cuerpo para generar contenido, para generar grieta, para generar una imagen que partiera en dos a su espectador, una imagen que no fuera complaciente, que invite al combate privado-público que nos caracteriza. 8 Mítica fue un momento de juntanza para pensar lo individual desde múltiples encuentros. Son nuestras historias las que tienen valor, las que deben ser contadas, nuestras diversas - extrañas - hermosas - asquerosas voces: voces al fin y al cabo que tienen la posibilidad de gritar en tiempo presente. La juntanza se gestó al compartir calles y encuentros virtuales con mujeres que ya han abierto un camino dentro de la fotografía colombiana. La macro juntanza fue un encuentro de voces potentes: Florance Thomas para comprender nuestro pasado e Ita María para ser presente y al mismo tiempo futuro.

De la expo colectiva digital en Fotomeraki al fanzine, del salón a la calle, de un suceso personal a una red de historias que se entretejen como olas mientras propiciamos el maremoto. Así que hoy, desde nuestra esquina, podemos gritar: la educación será feminista o no será.

Texto: Ángeles Carmona